El timo del Envioshield

Es como vender armas contra dinosaurios o zombies.
-Neil

Por varios blogs y páginas chemtrailistas circula este “suplemento desintoxicador” contra los efectos de los chemtrails llamado Envioschield. En su web se cuidan mucho de no mencionar los chemtrails, pero, aparte de que su descripción lo deja claro, no hace falta bucear mucho en el sitio para ver que esto se trata del timo de la estampita para los que han caído en el hoax de los chemtrails. Además veremos que este producto no sólo se aprovecha de este hoax, sino que detrás de su venta y promoción se encuentran auténticos gurús del chemtrailismo, es decir, la gente que se ha inventado los principios de este bulo que todo chemtrailista suscribe.

Si nos vamos a la sección de “reviews”, nos encontramos encabezando la página esta valoración de G. Edward Griffin, personaje del que hablaremos más adelante:

This product EnvioShield is excellent in every way. It is long overdue, and I am thankful that now there is a convenient and modestly priced safeguard against all the deadly stuff being dumped into our environment.
    Imagen promocional de Envioschield. Una familia feliz, protegida de los
    perniciosos efectos de... estelas de condensación.
Nótese que stuff being dumped into our environment significa, sin lugar a dudas chemtrails. Si aun no lo tenéis claro, quedaos con nosotros un rato más.

Hay muchas, muchísimas claves que nos gritan que se trata de un timo. Evidentemente, el venderse como remedio contra los chemtrails ya implica automáticamente timo, pero podemos enumerar algunas otras claves:

1) Se trata de un producto para tratar múltiples cosas que no necesariamente tienen relación entre sí. Envioshield sirve presuntamente para mejorar:
  • la claridad mental y la concentración
  • la sensación de bienestar
  • el rendimiento respiratorio y cardíaco
  • el sistema inmunológico
  • la función de los riñones e hígado
Es decir, estamos ante el típico remedio engañabobos que vale para todo y que en realidad no sirve para nada.

2) Además, si nos vamos a la letra pequeña, leemos un disclaimer muy gracioso que no deja lugar a dudas de que se trata de un timo:

The generally expected performance of our product in regard to any specific disease has not been scientifically validated and we cannot and will not make any promises in regards to any miracle cures.

Claro, como que sus propiedades están formuladas de forma que todo el mundo que crea que le va a funcionar sienta que le funciona de un modo u otro.

Y más adelante:

These statements have not been evaluated by the FDA. These products are not intended to diagnose, treat, cure or prevent any disease.
Por supuesto. Pero eso implica que si los chemtrails te intoxican y enferman, entonces este producto, como explícitamente describe este disclaimer, NO SIRVE PARA LO QUE DICE QUE SIRVE.

3) El review principal de Envioshield no es independiente y está escrito por uno de los activos comerciales del producto que además es un promotor del hoax de los chemtrails. Hablamos de Edward G. Griffin, que resulta ser, oh casualidad, el productor ejecutivo del documental de Michael J. Murphy “What in the world are they spraying”. Basta con irse a la página de Griffin donde dedica una sección a Envioshield. No dejéis de apreciar el logotipo del bote de Envioshield que aparece en la página de Griffin.
Más claro agua. Además, desde la misma página de Griffin puedes comprar el producto.

Así pues tenemos al productor ejecutivo del documental más popular acerca de los chemtrails, vendiendo un producto para deshacerse de los perniciosos efectos de los mismos.

4) Se les atribuyen propiedades a los compuestos de este producto que en realidad no tienen o no se han demostrado científicamente. En este link podéis ver una lista de los componentes con sus presuntas propiedades
 y una serie de citas a artículos de los que no nos proveen ningún link. Como en cualquier timo de esta clase, se trata de hacer parecer que todo es muy científico, a la par que se dificulta el acceso a la información que corrobore el rigor científico de las propiedades del producto.
Estas propiedades, se asegura aquí,
han sido corroboradas por numerosos “estudios clínicos”. Por supuesto, no se  nos provee ni de un mísero link a estos estudios sino simplemente una serie de logotipos.
Cuando realizamos una búsqueda más detallada, nos encontramos que no se trata de instituciones científicas de investigación, sino de editoriales que publican artículos.

Mientras trabajaba en este post me encontré con un “debunk” en italiano muy completo de este producto en el blog Bufale un tanto al chilo, dedicada a la lucha contra timos (en italiano búfalo significa también timo), desinformación, alarmismo gratuito y fraudes online.  Aunque nunca tuve el más mínimo resquicio de duda acerca de que esto se trata de una estafa, este artículo me ha ayudado a ver hasta qué punto se puede falsear con jerga cientifizoide la realidad para venderle la moto a cualquier incauto que se deje deslumbrar por verborrea que apenas entiende, aprovechando vacíos legales y haciendo un uso muy inteligente de los disclaimers. El autor de este debunk se puso en contacto con los creadores de Envioshield y la respuesta que le dispensaron lo dice todo acerca del canallismo que hay detrás de este mercado de los suplementos inútiles para idiotas.

Detrás del chemtrailismo hay un negocio del miedo. Se toma un objeto común de nuestros cielos sobre el que es fácil generar alarmismo: las estelas de condensación. Se les atribuye todo tipo de males, historias conspirativas y demás, usándose para ello técnicas de propaganda del miedo. Se generan producciones audiovisuales orientados a hacer más eficiente la transmisión de esta forma moderna de nefofobia y a la par se generan productos ad hoc para combatir el mal del que se ha hecho propaganda. Es un negocio redondo y el único sustrato necesario es el miedo y la ingenuidad de las personas que están dispuestas a comprar orgonitas, remedios desintoxicantes y demás parafernalia que sólo sirve para crearles la ilusión de que están haciendo algo por combatir su objeto de temor. Remedios inútiles contra males inexistentes. O como decía Neil, el italiano que escribió el post que antes he citado, "es como vender armas contra dinosaurios o zombies".

Por si alguien cree que exagero con lo de la campaña del miedo, en este vídeo promocional de Envioshield, en el minuto 2:40 nos hablan de los horribles síntomas de los chemtrails (sic). ¿La solución? Por supuesto, Envioshield, del cual, ni cortos ni perezosos, nos dicen que es un suplemento científicamente diseñado para ayudar al cuerpo a neutralizar los peligros de los chemtrails”. ¡Científicamente diseñado para combatir una cosa... que no existe! Se trata del mismo producto cuyo disclaimer reconoce que no existe ninguna validación científica que corrobore que sirva para tratar enfermedades o síntomas.

Por cierto, en mi lista de evidencias que muestran que este producto es una estafa me he dejado un punto:

5) No puedes desintoxicar tu cuerpo: es un mito.


Todo este asunto viene a apuntalar un poco más la idea de que detrás del chemtrailismo hay un negocio del miedo. Mantener la creencia en chemtrails como una amenaza real garantiza un flujo discreto pero constante de ingenuos que compran suplementos y orgonitas. Y en nuestro país algunos se han dado cuenta de ello. Algunos promotores de los chemtrails no venden productos, sino que se promocionan a sí mismos. Se erigen gurús y eminencias de su rama de la fantasía, dan charlas o conferencias, suenan pomposos y se llenan la boca de conceptos y palabras que usan mal y apenas entienden. Algo así como esto:







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